!!!Cuánto dolor de Cristo al verse abandonado!!!
Y en nuestros días...¿Cómo le acompañamos? Con indiferencia, con odio, con amor.....Seguir a Cristo, acompañarle en su soledad y cargar con la cruz que cada día debemos llevar, supone un poco de generosidad, nada comparada con la de ÉL. Cuán ingratos somos, Señor que tantas veces te dejamos sólo. En estos días tan ricos en expresiones simbólicas, sentimos tus pesares, pero luego.....volvemos al olvido, como seres débiles que somos. ¿Qué sería de nosotros sin tí?
SEÑOR PEQUÉ TEN PIEDAD Y MISERICORDIA DE MÍ.
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