El 31 de Octubre de 1.755, se registró un fuerte terremoto en Portugal. Se dejó sentir en toda Europa occidental y llegó a arrasar Lisboa. En Salamanca también tuvo consecuencias y la población asustada se refugió en la Catedral nueva, finalizada en el 1.733. La construcción no sufrió grandes daños, pero la torre quedó ligeramente inclinada.
En conmemoración de aquel día, el cabildo catedralicio de Salamanca estableció que todos los años, el 31 de Octubre, subiera alguien a la torre para tocar las campanas , dar gracias a Dios y pedirle que no sucediera más. Además era necesario medir la inclinación de la torre. Los encargados de hacer esto, era la familia de los Mariquelos, una familia que vivía dentro de los dominios de la catedral. El último mariquelo de la familia fue Dn. Fabián Mesonero Plaza, que dejó de subir al cimbalillo en 1.977.
La tradición se conservó hasta 1.976, pero en 1.985, Angel Rufino de Haro, rescató la tradicción hasta el día de hoy. Ataviado con el traje charro, sube hasta la bola que se alza en el punto más alto de la torre y, una vez allí, toca una charrada con su flauta y tamboril.
Dentro de unos días, el 31 de octubre, Angel "El Mariquelo" cumplirá con la tradición y volverá a subir hasta la veleta, ante el estupor de los que van a verlo. Doy fe de ello, porque yo fuí un año y le juré que no volvería. !Se ponen los pelos de punta!.
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